La represión y la exclusión durante las marchas del 8M, no puede ser una constante 

marzo 8, 2025

¡Alerta! La represión y la exclusión durante las marchas del 8M, no puede ser una constante 

El 8M ha sido una fecha de memoria, resistencia y exigencia de nuestros derechos, un día en el que las mujeres de diferentes partes del país salimos a movilizarnos para exigir una vida libre de violencias, pero en varias ciudades de Colombia las movilizaciones han sido respondidas con represión y actos de excusión.  

Por ejemplo, en Riohacha, a mujeres indígenas se les negó el acceso a un evento sobre “empoderamiento para mujeres” con el argumento discriminatorio de que “no eran ciudadanas”. Fueron insultadas y excluidas, reflejando cómo la violencia estructural sigue marcando quiénes pueden hablar y ser escuchadas. 

En el mismo año, en Bogotá, la movilización fue intervenida por la Unidad de Diálogo para el Mantenimiento del Orden –UNDMO- (antiguo ESMAD), sin claros principios de necesidad y proporcionalidad, dejando a muchas mujeres, incluso con niñas, niños y adolescentes en riesgo. La Plaza de Bolívar quedó oscura, reflejando el silenciamiento que muchas veces enfrentamos. 

Mientras que, en Medellín, las mujeres fueron perfiladas: un día después de las manifestaciones, empezaron a salir carteles de “se busca”, en los que publicaron sin ningún reparo, los rostros de las marchantes. 

En Ibagué reclaman el derecho a movilizarse sin miedo a terceros (sus propios agresores se acercan a la marcha a seguirlas violentando). 

Pero no solo es la represión… En Soacha, las mujeres negras manifiestan que es muy difícil encontrar un espacio en las marchas del 8M, lo cual está ligado a la exclusión y a la falta de un enfoque interseccional. 

La lucha por los derechos de las mujeres es interseccional o no es lucha. No basta con discursos de igualdad si seguimos negando espacios a quienes históricamente han sido silenciadas y resistido de formas diversas. 

Este año, exigimos garantías para la movilización. Queremos marchar sin represión, sin abuso de autoridad. Que la UNDMO no sea una amenaza, las mujeres tenemos derecho a salir sin miedo: exigimos garantías y respeto para ejercer nuestro derecho constitucional a la movilización.  

Agradecemos los relatos de las mujeres de Riohacha, Bogotá, Medellín, Ibagué y Soacha.


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