
En Colombia, la Policía Nacional ha tenido un comportamiento represivo,
violento, clasista, patriarcal y racista, en especial contra sectores sociales
que se movilizan por sus derechos y contra poblaciones empobrecidas,
jóvenes de barrios populares, comunidades étnicas, mujeres, comunidad
LGBTIQ+, personas consumidoras, habitantes de calle, entre otras.